OBITUARIO FICTICIO: Fallece Juan Roig, presidente de Mercadona.

Foto vía Expansión

“Hay gente que se cree que cuando te vas al otro mundo te llevas tu dinero”dijo Juan Roig hace unos años. Hoy, escribimos desde este mundo esperando que en el otro alguien nos lea, nos escuche o nos sienta. Las certeras palabras de Roig no fueron nunca tan convenientes, el presidente de Mercadona siempre tuvo presente lo que realmente importaba; dar, en lugar de siempre esperar recibir.

Juan Roig nació el 8 de octubre de 1949 en Valencia, se graduó en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia y en el PADE del IESE Business School (Universidad de Navarra). Todo empezó con sus padres, pues la semilla del negocio es bastante anterior a Juan, hay que remontarse a la década de los 40. “Mi padre tenía cerdos, los traíamos a Andalucía, los engordábamos y los vendíamos en Cataluña” explicó Roig durante un congreso hace 3 años. Francisco Roig Ballester y Trinidad Alfonso Mocholí, fundaron Mercadona en 1977, cuatro años más tarde, con tres de sus cinco hermanos, Juan Roig les adquirió la empresa. En 1991 compró la mayoría de las acciones de la empresa a sus hermanos y desde entonces no ha parado de crecer, situando a su presidente como el tercer español más rico de la lista 'Forbes' en el puesto 315, con 5.100 millones de dólares. Fue galardonado en 2010 con el Premio Príncipe de Asturias de la Excelencia Empresarial.

"Quiero devolver a la sociedad una parte de lo que he recibido”

El éxito no le ha cambiado en exceso, muchos lo han descrito como un "tímido, pero duro hombre de negocios”, detrás de una empresa millonaria estaba un hombre que daba clases en una escuela para jóvenes emprendedores los sábados, le gustaba gusta jugar al pádel y ver el baloncesto. Seguía enamorado de su mujer, Hortensia Herrero, a la que amaba con locura desde que se conocieron en la universidad. Era un hombre práctico, directo, austero, que se tomaba las cosas en serio, y sus modales podían parecer fríos si no confiaba en la persona con la que estaba hablando. Podríamos decir que cuando se quitaba su traje era un hombre como otro cualquiera, un hombre de familia que disfrutaba de su tiempo libre casi tanto que de su trabajo. “No me pienso jubilar nunca” decía. Ayer, falleció Juan Roig en su Valencia natal, sin sufrimiento y al lado de su familia y, esperamos, satisfecho de haber (como el mismo dijo) “devuelto a la sociedad una parte de lo que he recibido”.

“Este es un obituario ficticio realizado como práctica para la asignatura de Periodismo Especializado en economía y medio ambiente.”

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